Neil intenta envenenar a los caballos para que él y Eliza incriminen a Candy, sin embargo, una sombra se precipita al establo y lo golpea, antes de salir corriendo justo cuando llega Candy. Eliza culpa a Candy por el ojo morado de Neil a la primera oportunidad, y dividida entre su orgullo, los deseos de Eliza y la insistencia de su madre, Neil elige culpar a Candy.